ENSAYO: LA GLOBALIZACIÓN Y SUS REPERCUSIONES COMO TEMA DE CONVERSACIÓN

 

Todavía recuerdo con mucho orgullo haber escuchado decir a mi padre sentado frente al televisor “¡ya no somos tercermundistas, ora si estamos con los meros buenos!”. El viejito se refería a una noticia que le daba la vuelta cuando menos a mi barrio, aunque poco podía imaginar en ese entonces que al planeta entero también.

En el noticiero del medio día,  de una televisora popular (Televisa), se anunciaba con bombo y platillo que se había firmado el Tratado de Libre Comercio con Canadá, Estados Unidos de América Y México. Corría el año de 1994, tenía 20 años, y aunque ya estaba en servicio docente desde hacía dos años, todavía deambulaba aún con muchos sueños y fantasías en la cabeza que no me permitían, en aquel entonces, dimensionar porque era tan importante este momento para nuestro país, ni por qué demonios ahora pertenecíamos a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos.

 “Ese Salinas de Gortari era el diablo”, leía en la revista Proceso, “ha logrado sacar al país del bache de mediocridad en el que estábamos”, pues ahora  pertenecíamos al bloque de los países que al tener un plan de modernización económico,  apertura, reformas, inserción en las corrientes de inversión y comercio internacionales,  se conjugaron en un conjunto de factores que condujeron a la OCDE a invitar a nuestro país a adherirse; el detonador fue la negociación del TLC.

A estas alturas el amable lector debe estarse preguntando que tiene que ver el ingreso a la OCDE tras la firma del TLC con la globalización; pues casi nada, excepto por palabras que se me vienen a la mente a borbotones como: interdependencia, rendición de cuentas, mercados y capitales, evaluaciones externas y sobre todo apertura. ¿Apertura a qué? A todo, diría yo, con tal precedente, como país abrimos nuestras puertas de cara a la famosa globalización y expusimos nuestras miserias en muchos ámbitos, uno de los que más me dolió fueron las evaluaciones de PISA, donde quedamos en el lugar número 32 (de 32 participantes) en aquella primera y desastrosa evaluación.

Los ciudadanos mexicanos comunes y corrientes quizá no sentimos el observatorio que hoy era nuestro país, ni pudimos dimensionar la rapidez con la que las realidades líquidas nos alcanzarían, ya después aprenderíamos a reconocer que un factor elemental que caracteriza estos tiempos es la rapidez con que suceden los hechos.

Así pues, despertamos en una nueva realidad después de estos acontecimientos, nos volvimos parte de la aldea planetaria, lo que trajo consigo consecuencias efectos, y peripecias a las que antes de abrirnos económica y políticamente no estuvimos expuestos, pues las nuevas relaciones internacionales exigieron una etiqueta de conducción distinta en cuanto al flujo de información, comunicación y reciprocidades sociales y culturales.

El capitalismo como modelo hegemónico de intercambio económico, se posicionó rápidamente y comenzó a generar vandalismo entre los países más ricos al desmembrar o tomar para sí una parte de los más débiles o pobres.  Ni que decir de las apropiaciones culturales, donde el intervencionismo extranjero empezó a dejar su huella histórica en las nuevas formas de comprender nuestras realidades.

Un panorama globalizador, presenta desde la perspectiva de autores encontrados, efectos positivos, por ejemplo la creación de documentos en pro de los derechos humanos, de los niños, de los grupos más desprotegidos; pero a la vez un efecto negativo de ello es contemplar desde una plataforma estandarizada a todo tipo de sociedad. Lo que ha generado brechas socioeconómicas y educativas cada vez más grandes, debido a que cada país no siempre tiene las posibilidades de abordar desde la mejor perspectiva cada situación-problema que se le presente.

Es decir, generar una cultura global y una economía global ha traído consigo la desventura de la realidad, ya que las condiciones de Finlandia (por ejemplo) no son las mismas que las de México. Debido a ello, el fenómeno de la globalización ha venido a ser criticado por filósofos contemporáneos, ya que la identidad otrora arraigada ha empezado a difuminarse para configurar a ciudadanos planetarios que busquen en esos juegos de intercambio laboral, educativo, social o cultural, lo que las sociedades hegemónicas dictan como bueno y trasnmitible.

La cultura, si bien hoy gracias a la globalización de la información y el despegue tecnológico está al alcance de un click, levanta sospechas debido a los pocos filtros de concientización que existen ante el uso de la información y las redes sociales. Pero de la misma forma permite asomarnos por las ventanas de otros países, sus costumbres, sus maneras, su cosmogonía cotidiana. Y ello en un ir y venir nos deconstruye para que a través de nuestro propio juicio seamos reconstituidos con fundamentos interculturales.

 


 

Referencias Bibliográficas.

Ayala Aragón, Oscar Ranulfo La deconstrucción como movimiento de transformación. Ciencia, Docencia y Tecnología [en linea]. 2013, XXIV (47), 79-93 [fecha de Consulta 25 de Septiembre de 2020]. ISSN: 0327-5566. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14529884003

"Globalización". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/globalizacion/ Consultado: 25 de septiembre de 2020, 08:15 pm.

Sassen, Saskia. Una sociología de la globalización. Disponible en: https://books.google.com.mx/books?hl=en&lr=&id=08rSxYBetjoC&oi=fnd&pg=PA7&dq=globalizaci%C3%B3n&ots=3ASZy_TJLG&sig=xma2InQLB_aHKEmtdYV9qmPmXpc&redir_esc=y#v=onepage&q=globalizaci%C3%B3n&f=true consultado: 25 de septiembre de 2020, 08:15 pm.

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