MODELOS DE LA COMUNICACIÓN.

 


El modelo general de la comunicación y el origen de sus conocimientos. La complejidad de los sub-sistemas y del sistema, pero también del ámbito concreto de análisis impide usar un único modelo para describirlos. No obstante, la perspectiva de un "único modo" de comunicarse es una creencia muy extendida, incluso en algunos momentos tendimos a generar oposiciones antitéticas de la forma "o se actúa emotivamente o no se actúa en forma alguna". La psicología de la comunicación nos permite conocer algunos datos sobre el sistema emotivo anexos al sistema racional, que puede permitirnos, por una parte, conocer las trampas propias de la comunicación y, por otra, llegar a comprender la interioridad de la persona con la que queremos comunicarnos cuando reacciona ante nuestras palabras.

El proceso de comunicación (una creación humana). Un primer abordaje de carácter más aplicado se ocupa en considerar aspectos de carácter práctico sobre el "proceso de comunicación". Un segundo abordaje asume el proceso de comunicación como una "construcción humana". Como proceso, el acto de comunicar puede ser explicado en cada uno de sus elementos, desde la intención de un "emisor" de transmitir algún mensaje a un "receptor" y viceversa hasta que la comunicación sea aceptada socialmente (por ejemplo, las "convenciones"). Pero, como proceso "significante", el proceso de comunicación puede ser abordado desde una pregunta lógica universal: "¿Qué es comunicar?". "Comunicar" consiste en hacer conocer nuestra percepción de la realidad subjetiva al "otro".

2. Definición de Modelo de Comunicación

Simplificando, un modelo no es otra cosa que una estructura teórica destinada a explicar, de manera sistemática, coherente y ordenada, los efectos de un fenómeno. En definitiva, se trata de captar las claves a partir de las cuales entenderemos este fenómeno, dándole un significado que favorecerá su comprensión. Partiendo de estas consideraciones, no existe un único modelo de comunicación, ya que va a depender no solo del enfoque que adoptemos, sino también de una serie de factores propios del acto comunicativo. Es decir, un modelo de comunicación abrirá un determinado punto de vista que considerará más apropiado y tratará de identificar las distintas componentes que intervienen en el proceso comunicativo. El fenómeno comunicativo es tan amplio y complejo que no es posible ofrecer una sola interpretación que lo explique. Como consecuencia de ello, en la actualidad coexisten distintos modelos de comunicación que han abierto caminos desde diferentes perspectivas. Cada uno de estos modelos se ha desarrollado y consolidado a lo largo del tiempo a partir del reconocimiento de las limitaciones y contradicciones de las principales teorías comunicativas hasta ese momento. Muchas de esas incoherencias y contradicciones en las que incurrieron unas teorías respecto de las otras no representan otra cosa que la huella que han dejado las respectivas modas y corrientes intelectuales en su desarrollo.

Cuando decimos que una comunicación es eficaz y exitosa, estamos asegurando que el emisor ha logrado transmitir de manera efectiva y clara el contenido que deseaba, logrando así un impacto significativo en el receptor. En consecuencia, el modelo de comunicación busca brindar respuestas a preguntas fundamentales: ¿Qué condiciones son necesarias para que un mensaje logre el efecto deseado? ¿Cómo se hace llegar el mensaje al receptor de manera efectiva y precisa? ¿Cuáles son los elementos clave que intervienen en este proceso comunicativo? Es importante analizar y comprender las diferentes etapas por las que pasa la comunicación, desde la generación del mensaje por parte del emisor hasta su recepción por parte del receptor. Solo a través de un análisis cuidadoso de cada uno de estos elementos es posible lograr una comunicación eficaz y lograr los resultados deseados. Es esencial tener en cuenta que la comunicación efectiva no solo implica transmitir ideas y pensamientos, sino también asegurarse de que sean entendidos y percibidos de la manera deseada por el receptor. Por lo tanto, la claridad, la coherencia y la adaptación al contexto juegan un papel crucial en el éxito de la comunicación. Asimismo, hay que considerar los diferentes canales y medios de comunicación disponibles, y seleccionar aquellos que sean más adecuados para transmitir el mensaje de la manera más efectiva posible. En resumen, el modelo de comunicación busca orientar y proporcionar pautas para garantizar que la comunicación sea eficaz, logrando así los resultados deseados y fortaleciendo las relaciones entre el emisor y el receptor. Mediante el entendimiento de estos principios, es posible mejorar nuestras habilidades de comunicación y alcanzar una mayor efectividad en nuestra interacción con los demás.

2.1. Concepto y alcance

Deducimos, entonces, después de varias lecturas de los teóricos más renombrados y con posterior práctica profesional, que estamos en presencia de un término que tiene muchos significados y actividad en la que participan sujetos tanto en calidad de emisores como receptores. Estos sujetos, que se encuentran inmersos en un contexto y en una cultura determinadas, necesitan para su participación cumplir con ciertas reglas tanto en el nivel del código como en el de la relación. Además, la comunicación se realiza en dos vías: la no verbal y la verbal. En definitiva, pueden seguirse diversas concepciones de la comunicación. Nosotros nos hemos interesado por la modelización de la comunicación, teniendo en cuenta determinados referentes que consideramos deben ser tenidos en cuenta por los comunicadores de una organización.

Al hablar de comunicación nos referimos a un término bastante polisémico, es decir, con gran pluralidad de significados. Bourlier (1955) utilizará el término "comunicación" como la acción de poner en comunicación. En este sentido, hablar de comunicación significará, para él, la idea de dar a conocer por un medio u otro una idea, un plan o simplemente un estado de ánimo. Schaefer (1953), por su parte, lo connotaría desde un punto de vista más amplio, en el sentido de participar el que comunica con el que recibe la información, de los sentimientos de ambos.

La comunicación es un fenómeno complejo que va más allá de transmitir información. Es una conexión profunda entre los seres humanos, una forma de compartir no solo hechos objetivos, sino también emociones y experiencias. La comunicación puede ocurrir de muchas formas diferentes: a través del lenguaje verbal, la expresión facial, el lenguaje corporal e incluso el silencio. Cada interacción comunicativa es única y valiosa, ya que nos permite establecer vínculos y comprendernos mutuamente.

Cuando nos comunicamos, no solo transmitimos palabras, sino también nuestros sentimientos y pensamientos más profundos. Es un intercambio continuo de ideas y perspectivas, donde todos los participantes tienen la oportunidad de expresarse y ser escuchados. Es una danza que se lleva a cabo a través del diálogo, la empatía y la comprensión mutua.

La comunicación efectiva es fundamental en todas las áreas de la vida, ya sea en nuestras relaciones personales, en el ámbito profesional o en la sociedad en general. Nos permite establecer vínculos significativos, resolver conflictos, compartir información vital y construir una sociedad más cohesiva. Es un pilar fundamental para el desarrollo humano y la convivencia pacífica.

En resumen, la comunicación es mucho más que transmitir información. Es una herramienta poderosa que nos permite conectarnos y comprendernos unos a otros. A través de la comunicación, podemos compartir nuestras ideas, nuestros sueños y nuestros deseos más profundos. Es un proceso en constante evolución que nos invita a ser más conscientes de cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea. La comunicación, en todas sus formas, es un tesoro invaluable que merece ser cultivado y valorado en todas las esferas de nuestras vidas.

2.2 Los Modelos de Comunicación Ícono - Analógicos

Las hipótesis de las teorías digitales. Todos los teóricos que construyen teorías de los sistemas simbólicos lo hacen bajo ciertas hipótesis. Cabe hacer, desde luego, la observación de que tales hipótesis conyugan, en cierto sistema de proposiciones, ciertos aspectos de aquellos sistemas significativos de que se trata, pero ni agotan ni son exclusivas de tales sistemas. Por ejemplo, las leyes de la lógica de ningún modo expresan lo que arrojan como resultado estos formalismos: son en parte tautologías, en parte atribuciones a lo real; sin embargo, son fáciles de aplicar a este tipo de sistemas. No son válidas exclusivamente para tales sistemas, (mas al menos no se ha demostrado). Se trata de hipótesis que resultan útiles para cierto aspecto de aquellos sistemas, que permiten construir y confirmar predicciones acertadas sobre su comportamiento, y que por ello los ligan con aquellos formalismos teóricos que dependen de esa estructura hipotética del sistema simbólico.

Estas hipótesis, al ser fundamentales en el estudio de los sistemas digitales, juegan un papel crucial en la comprensión y análisis de su funcionamiento. Aunque se deben considerar como aproximaciones a la realidad, debido a su dependencia de ciertos aspectos de los sistemas simbólicos, han demostrado ser de gran utilidad para entender cómo estos sistemas se comportan y evolucionan.

Es importante destacar que las hipótesis no deben ser tomadas como verdades absolutas, ya que su validez puede ser cuestionada y su aplicabilidad puede variar en diferentes contextos. Sin embargo, en el ámbito de los sistemas digitales, han mostrado ser herramientas efectivas para construir modelos teóricos y realizar predicciones precisas sobre su desempeño.

Además, estas hipótesis permiten establecer conexiones entre los formalismos teóricos y la estructura hipotética de los sistemas simbólicos. Al proporcionar un marco conceptual sólido, facilitan el desarrollo de teorías coherentes y la validación empírica de dichas teorías.

En resumen, las hipótesis en las teorías digitales desempeñan un papel fundamental al vincular los sistemas simbólicos con los formalismos teóricos. Aunque no son exclusivas ni agotan la totalidad de los sistemas, su utilidad radica en su capacidad para generar predicciones acertadas y profundizar en el entendimiento de estos complejos sistemas. Así, continúan siendo objeto de investigación y debate en el fascinante campo de las teorías digitales.

Cabe mencionar que la teoría general del sistema de los comunicólogos Bertalanffy y James G. Miller, basada en la teoría del sistema general de los fisicoquímicos Shannon y Weaver, es un modelo general de la comunicación digital. Los científicos que trabajan con aparatos simbólicos, tales como objetos matemáticos, lenguas, objetos técnicos, etc., consideran que entre el ámbito variable analógico (o continuo) y compartimentado (o digital) en una cierta forma, existe una especie de interfaz caracterizada por la discontinuidad variable. De aquí que a este tipo de modelo también se le llame modelo de los dos mundos o ámbitos, en los que se inserta el pensamiento de los seres simbólicos. Los más importantes filósofos del ámbito analógico son Aristóteles y Hume.

El modelo general propuesto por Bertalanffy y Miller es altamente relevante en el campo de la comunicación digital. Su fundamento en la teoría del sistema general de Shannon y Weaver, la cual se enfoca en los aspectos fisicoquímicos, proporciona una sólida base para comprender la complejidad de la comunicación moderna. Para los científicos que trabajan con elementos simbólicos, como objetos matemáticos, lenguas y objetos técnicos, se vuelve crucial establecer un vínculo entre el ámbito analógico variable y el compartimentado digital. Esta conexión se caracteriza por una discontinuidad variable, lo que nos lleva a considerar este modelo como uno de los "dos mundos" o "dos ámbitos". Es en estos ámbitos donde se inserta el pensamiento de los seres simbólicos. Filósofos destacados como Aristóteles y Hume han realizado importantes contribuciones al ámbito analógico, enriqueciendo nuestra comprensión del mundo simbólico en el contexto de la comunicación y los sistemas.

En resumen, el modelo propuesto por Bertalanffy y Miller nos brinda una perspectiva valiosa para entender la comunicación digital, estableciendo los fundamentos necesarios para explorar los diferentes aspectos y desafíos de este campo en constante evolución. Su enfoque en los dos ámbitos y la discontinuidad variable nos permite apreciar la complejidad de la comunicación simbólica en un mundo cada vez más interconectado. El avance tecnológico ha llevado a una mayor demanda de comprensión en el ámbito digital, lo que ha llevado a una expansión significativa de las investigaciones y teorías en este campo. Los modelos planteados por Bertalanffy y Miller han sido ampliamente utilizados y discutidos en la comunidad científica y académica, ya que proporcionan un marco conceptual sólido para abordar los desafíos de la comunicación digital en la era moderna. La importancia de comprender y dominar estos conceptos radica en la capacidad de adaptación y relevancia que tienen en nuestro mundo actual y en cómo interactuamos y nos comunicamos. La comunicación digital se ha convertido en un componente clave en diversos ámbitos de nuestra sociedad, desde la educación y los negocios hasta la política y el entretenimiento. Por lo tanto, la comprensión de los fundamentos teóricos y prácticos de este modelo de comunicación es esencial para cualquier profesional que trabaje en estos campos. Además, el modelo propuesto por Bertalanffy y Miller también nos permite analizar y evaluar el impacto de la comunicación digital en otros aspectos de nuestra vida, como la cultura, la identidad y las relaciones humanas. A medida que avanzamos hacia un mundo cada vez más interconectado y tecnológicamente avanzado, es fundamental comprender cómo funciona la comunicación digital y qué implicaciones tiene para nuestra sociedad y nuestra forma de vida. Al ampliar nuestros conocimientos en este campo, podemos aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece y enfrentar los desafíos que pueden surgir. En última instancia, el modelo de comunicación digital propuesto por Bertalanffy y Miller nos brinda una valiosa herramienta para navegar por el complejo mundo de la comunicación en la era digital y nos invita a explorar aún más los límites y las posibilidades de esta forma de interacción humana.

2.3 Los Modelos de Comunicación Ícono - No Analógicos

El interés de estos destacados autores, modestamente situados en el terreno de las ciencias empíricas, no reside únicamente en la validez o veracidad absoluta de estas indudablemente valiosas propuestas, sino más bien en que sirva para estimular y fomentar un genuino interés entre los clausurados ante los discursos prolijos y abundantes que se encuentran en este campo. Es importante reflexionar que, si realmente estamos abogando por la perspectiva dialógica, debemos considerar que dicha transformación también afecta a nuestras ideas previas y a los valores persuasivos tanto de la investigación como de la práctica. Cumplido este recordatorio, no está de más comentar que las actuales orientaciones teórico-metodológicas, es decir, el empirismo interpretativo-hermenéutico, aplicadas a los estudios de pueblos e infancias, aspiran no solo a superar, sino también a redibujar los límites y horizontes de sus respectivos ámbitos. Por otro lado, resulta menos interesante el enfoque denominado reduccionismo multimodal, que también inauguró la era de la computación gráfica y en el que se da poca importancia a la secuencia temporal y a la relación de interdependencia y sucesividad entre los componentes explicativos EQALES o emisivos, es decir, comunicativos y participativos.

Debido a que los modelos de procesamiento digital de la información tienen su razón de ser en los procesos de comunicación orientados a generar sistemas de comunicación humano-máquina, suelen indicarse en un recuadro exterior al de la parte central. Los modelos de comunicación ícono-no analógicos pretenden modelar los sistemas de comunicación que desde la perspectiva analógica Hayles por un lado necesitan para describir la naturaleza de las entidades comunicativas, una lógica diferente a la proposicional y por otra una lógica de la situación más compleja de la que propone la teoría de los actos de habla. Searle es quien ha insistido en que este tipo de lógicas no se reducirían a las situaciones comunicativas sino que se amplía a cualquier teoría del conocimiento. Es precisamente por tanto, en este ámbito donde hay que entender las propuestas de la Semiótica estructuralista de Algirdas Greimas con su núcleo de consenso importante: el modelo de Hjelmslev.

En el desarrollo de los sistemas de comunicación humano-máquina, es crucial comprender la importancia de los modelos de procesamiento digital de la información. Estos modelos no solo están destinados a los procesos de comunicación, sino que también se destacan en un recuadro exterior a la parte central. Esto se debe a que los modelos de comunicación ícono-no analógicos buscan representar los sistemas de comunicación desde una perspectiva analógica, en la cual se requiere una lógica diferente a la proposicional. Además, es esencial considerar una lógica de la situación más compleja que la teoría de los actos de habla propone. Searle ha enfatizado en que estas lógicas no se limitan a las situaciones comunicativas, sino que se extienden a cualquier teoría del conocimiento.

En este sentido, es fundamental comprender las propuestas de la Semiótica estructuralista de Algirdas Greimas, cuyo núcleo de consenso importante es el modelo de Hjelmslev. Las propuestas de Greimas tienen una gran relevancia en este ámbito, ya que buscan explorar y entender la naturaleza de las entidades comunicativas de manera más profunda. Estas propuestas van más allá de las situaciones comunicativas y ofrecen una visión amplia que abarca cualquier teoría del conocimiento.

Con la integración de estos enfoques y modelos, se lograrán avances significativos en la comprensión y mejora de los sistemas de comunicación humano-máquina. La combinación de las lógicas no proposicionales y la consideración de la complejidad de las situaciones comunicativas, proporcionará una base sólida para el desarrollo de teorías del conocimiento más completas y efectivas. Esto permitirá avanzar hacia una comunicación más eficiente y exitosa entre seres humanos y máquinas, impulsando así el progreso en diversos ámbitos de la sociedad.

3. Comunicación y Educación

A tenor de compendiar los aspectos en los cuales se puede dividir el ámbito de la comunicación educativa, es necesario destacar, en primer lugar, los estudios del acto comunicativo. Esto incluye no sólo la comunicación en sí misma, sino también el concepto de modelo reflexivo en la comunicación interpersonal. Además, se debe considerar el enfoque de la Psicología social en cuanto a la empatía con el semejante.

Asimismo, es fundamental resaltar la pedagogía de la persuasión. Este enfoque analiza detenidamente la obra de Charles O. Hofflund, conocido también como C. O. Galindo. Galindo es uno de los autores más destacados dentro de la denominada Escuela de labeudovtopía -Mann, Rogers-Galindo, Reeb-. Esta escuela es reconocida como el origen de las tendencias más actuales de la Comunicación Enseñanza-Aprendizaje en el área de Psicología de la educación.

Dentro de los planteamientos de Galindo, la educación se comprende como un proceso de comunicación. Se concibe tanto el acto de educar como una forma de comunicar, así como el acto de comunicar como una manera de incitar a adquirir unos hábitos.

Según Galindo, la educación es comunicación y esto se aplica tanto para quien comunica como para quien es comunicado. Es importante tener en cuenta que la educación no se produce únicamente a través de la palabra o del que emite el mensaje, sino más bien a través de quien percibe, escucha e interpreta dicho mensaje. Por lo tanto, es el receptor quien tiene la tarea de escolarizar al otro.

En este sentido, el papel del buen comunicador es esencial. Su labor consiste en ser percibido, escuchado, interpretado, protegido, comprendido, ayudado y estimulado. Para Galindo, estos aspectos son fundamentales en el proceso de educación y comunicación.

En conclusión, el ámbito de la comunicación educativa abarca diversos aspectos. Estos van desde el análisis del acto comunicativo y el modelo reflexivo en la comunicación interpersonal, hasta el enfoque de la Psicología social en relación a la empatía. No se puede dejar de mencionar la importancia de la pedagogía de la persuasión, que profundiza en la obra de C. O. Galindo. Su visión de la educación como comunicación destaca la importancia tanto del comunicador como del receptor. Para Galindo, la labor del buen comunicador es escolarizar al otro, asegurándose de ser percibido, escuchado, interpretado, protegido, comprendido, ayudado y estimulado. Estos elementos son esenciales para lograr un eficaz proceso de Comunicación Enseñanza-Aprendizaje en el área de Psicología de la educación.

La comunicación es uno de los procesos más mencionados en el campo de la educación. Decir que el ámbito educativo está comunicando permanentemente es una afirmación que nadie puede discutir y reconocer, sin más, que nos encontramos en un momento de éxito en los estudios supone aceptar tácitamente un proceso muy dilatado de comunicación en y sobre el centro educativo. Por mucho que se intente, la relación comunicación-educación es tan estrecha y mutua que hay sucesos y facetas del ámbito educativo que no pueden concebirse sin la comunicación.

3.1. Definición de Educación

Jaeger (1971), citado por Sánchez Pantoja (2002: 178), por su parte, define a la educación como: "Las acciones y efectos, producidos intencionadamente, que ejercen los hombres sobre quienes están capacitados para aprender; para madurar, desarrollar y elevar (más plenamente) su personalidad, y a través de ésta, la de las comunidades en las que participan". Es decir, la educación ha de estar orientada intencionalmente a conducir, guiar, orientar el crecimiento, el desarrollo, la maduración. En lo que el ministro significaba que el objetivo consiste en «echar en los primeros años de vida humana los cimientos sobre los que han de levantarse las edificaciones morales posteriores y que todo en la educación puede considerarse (diferentes gradaciones del mismo principio, concretadas de manera diversa, en fases progresivas de la existencia humana) como subordinado o guiado a actuar sobre el alma de los hombres y mujeres para formar en ellas no sólo habitus u acciones virtuosas imaginativas, sino opiniones, juicios, convicciones o modos disposiciones afectivas que las suspendan en el ánima y las subestimen moralmente aptas para orientar e impulsar en una determinada dirección los actos voluntarios de niños, jóvenes, adultos y personas mayores. El proceso educativo es esencial para la formación integral del ser humano, abarcando todas las dimensiones de su ser, ya sea físicas, psicológicas, emocionales, sociales o intelectuales. A través de la educación, las personas adquieren conocimientos, habilidades, valores y actitudes que les permiten desenvolverse en la sociedad de manera responsable, ética y efectiva. Además, la educación juega un papel fundamental en la construcción de la identidad y la conciencia colectiva, ya que contribuye a la formación de la ciudadanía activa y participativa. En definitiva, la educación es un derecho humano fundamental y una herramienta poderosa para el desarrollo personal y social.

La educación es un fenómeno multifacético, complejo y dinámico que se manifiesta en el hombre desde su infancia. Se puede decir que es el complemento del proceso evolutivo de la vida del hombre. Alfred Binet decía que educar era: "Instruir y formar especialmente al niño o al adolescente". Pero tal vez uno de los enfoques conceptuales más aceptados es el de John Dewey, quien lo define como "un proceso y un resultado". Las ambigüedades teóricas asumidas tradicionalmente en pedagogía han generado problemas importantes y serios en la formación del profesional de la educación. La educación, mejor aún, la pedagogía se ha caracterizado por asumir un estilo approach a cada problemática. Lo usual es teorizar, conceptualizar o prescribir por distintos caminos, usualmente reduccionistas y desideologizados. La pedagogía se ha caracterizado por asumir las ideas filosóficas acerca del objeto de estudio (la educación), al estilo de idealismo, racionalismo y metafísica pura. Tal comprensión en nuestro caso ha subsumido una mantención de los problemas teórico-epistemológicos y con esto traba la constitución pertinente de la disciplina pedagógica.

3.2. La Educación como un Proceso Informativo

El ámbito informativo del fenómeno educativo y instructivo debe relacionarse con los diseños teóricos pedagógicos que han hecho particular hincapié en este aspecto. Los teóricos del autocución han recalcado la personalidad del individuo, haciendo hincapié en la dimensión estructural y funcional del acto educativo. El tiempo, al plantear la cuestión del "¿qué hay qué hacer?", se refería implícitamente a la dimensión prescriptiva de la acción educativa. También recalcaba el papel de los inputs informativos, basados en la información del feedback, especificando qué tenían que ser estos inputs en el proceso de formación.

La enseñanza de conceptos y definiciones también concierne a la dimensión conceptual, de acuerdo con la tesis propuesta por el esquema de la comunicación. Tal enseñanza no se limita a una mera repetición del contenido de los libros de texto, sino que implica también la formulación de aclaraciones, las discusiones en grupos reducidos y, eventualmente, el recurso a ejemplos para "mejorar la comprensión" de las definiciones. En resumen, podemos afirmar que en la acción educativa la información desempeña un papel de extraordinario primer plano.

3.3. La Educación como un Proceso Dialógico

La educación comprende tanto las acciones de los círculos de transmisión, ya sea oral, escrito o mixto, y sus resultados: el conjunto cultura educación persistente, como la realización de los procesos desarrollativos y el grado de desarrollo, adquisición y actualización – la apropiación creativa de la cultura. No hay objetos, no hay fenómenos, sean ontológicos o epistemológicos, que no se hallen en cada una de sus manifestaciones. Ninguna relación entre comunicación y educación debería buscarse más allá de la especificidad pedagógica del discurso en sus transformaciones históricas.

En el modelo que presentamos, el mensaje no incluye solamente un contenido informativo, sino un estímulo para la participación dialógica que implica una respuesta dialéctica del receptor que actúa como emisor para el emisor anterior próximo, pero asumiendo una respuesta al menos representativa del colectivo receptor. La comunicación dialógica supera los límites temporales y espaciales en que se produce mediante la construcción de sistemas simbólicos o categoriales que son objeto o próximo estímulo para la interacción entre agente y colectivo educativo. Toda acción comunicativa es en esencia una acción pedagógica. Educación y comunicación, “educere” y “communis acto”: como proceso de transferencia e interiorización de la cultura, que supone la participación activa e intencional de los sujetos y una acción mediadora, una “entraide”, una cooperación ciudadana al cuádruple nivel de los signos, de los sentidos, de la razón y del diálogo.

Si hemos considerado la comunicación como un proceso dialógico y lo hemos aplicado a la comunicación como construcción de conciencia social, entonces para la comunicación educativa, educación y conciencia suplen el espacio de ideales generalmente generadores de los procesos educativos y de los complejos sistemas simbólicos que de ellos resultan. No desdeñamos así el aporte necesario de estos espacios teóricos generales, pero sí intentamos nutrirlos con una caracterización de la comunicación educativa centrada en un modelo estructural del proceso de comunicación dialógico.

3.4. Definiciones de 'Comunicación Educativa'

Así, de los tres conceptos proyectados sobre alguna de sus posibles interpretaciones más o menos generales, la educación comunicativa: todas las formas y aportaciones con que se hace posible fomentar la educación en cualquiera de sus dimensiones mediante el respectivo influjo masivo, interpersonal, interno de la comunicación. Para ilustrar en detalle dos de estas posibilidades, se presentarán sus hipotéticos contratos con la Asesoría.

1. Totalidad de los procesos de comunicación, desde las fuentes a los destinatarios del hecho educativo específicamente diseñados, estudiados o distinguidos especialmente para ser relacionados en lo educacional.
2. Los resultados y los medios específicamente descritos que se han previsto u ocurrido en diferentes fases del proceso educativo para resultar o llegar a ser comunicación (el efecto de los mensajes sobre los procesos cognoscitivos).
3. Comunicación educativa (todos los hechos comunicativos que tienen alguna singularidad específica o interés en el campo educativo).
4. Todo estudio, producción o consecuencia de los distintos elementos o hechos del fenómeno educativo de tipo comunicativo.

Por Manzano Garza y Sancho Más (1992), para salvaguardar la especificidad de la comunicación en educación, no se debería hablar estrictamente de comunicación, sino de comunicación educativa. Así, las posibles definiciones son las siguientes:

- La comunicación educativa se refiere al conjunto de procesos y estrategias empleados en el ámbito educativo para facilitar el intercambio de información, conocimientos y experiencias entre docentes, estudiantes y demás actores involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Su objetivo principal es promover el aprendizaje significativo y el desarrollo integral de los individuos.

- La comunicación educativa implica la utilización de diversos medios y recursos comunicativos, como el lenguaje oral y escrito, la tecnología de la información y la comunicación, los materiales didácticos, entre otros, para crear un ambiente propicio para el aprendizaje y fomentar la participación activa de los estudiantes en su propio proceso de formación.

- En el contexto de la comunicación educativa, se reconocen diferentes enfoques y teorías, como la teoría del constructivismo, que destacan la importancia del diálogo, la interacción y la colaboración en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos enfoques enfatizan la necesidad de generar espacios de comunicación significativa, donde se promueva el pensamiento crítico, la reflexión y la construcción colectiva del conocimiento.

- La comunicación educativa también implica la consideración de factores socioculturales, emocionales y contextuales que influyen en la forma en que se produce y se interpreta la información en el ámbito educativo. Esto incluye tener en cuenta la diversidad de los estudiantes, sus características individuales y necesidades específicas, así como los valores, las normas y las expectativas de la comunidad educativa.

- En resumen, la comunicación educativa es un proceso dinámico y complejo que involucra la interacción entre diferentes actores, la utilización de distintos medios y recursos, y la consideración de diversos factores socioculturales. Su objetivo fundamental es potenciar el aprendizaje y el desarrollo de los individuos, a través de la construcción de significados compartidos y la promoción de una educación inclusiva y equitativa.

3.5. Televisión y Educación

La radio educativa, un medio de comunicación que nace como tal en 1897 por las investigaciones de Roberto Villa, quien recibirá la patente en 1899. Este año primigenio e indefinido va evolucionando precisando sus transmisiones y es hasta el 4 de abril de 1930 cuando la conferencia internacional del trabajo en Ginebra, recomienda oficialmente a los estados que regulen la radiodifusión en beneficio de las actividades culturales y destinada a la enseñanza popular. Y la televisión educativa, la cual se convierte en un instrumento estratégico para la educación y formación porque permite conocer rápidamente el contenido de una información. Aprender a observar y sintetizar una información visual es muy importante para los alumnos que apenas se inician en la etapa de educación secundaria. Es un recurso pedagógico multisensorial sobre el cual se pueden realizar dinámicas de aula; la información generalmente la forman dos elementos: imágenes y sonido.

Es en el ámbito de la utilización de los dispositivos audiovisuales en la actividad educativa donde se abre un vasto y riquísimo panorama, con el intento de orientar a las aulas una potente corriente de formas didácticas que ya han demostrado su eficacia en el proceso de aprendizaje. El cine educativo, cuyas primeras imágenes datan de 1895 de la mano de Lumière, las cuales alcanzarían a las masas tras la Segunda Guerra Mundial, si bien su mayor expansión decididamente entró en el mundo de la educación universitaria, coincidiendo con la implementación por parte del Consejo de Europa de un proyecto de "educación por el cine" en 1955. En su pretendido divorcio de la ficción, surge igualmente la corriente de "cine didáctico" formativo, ligada desde sus orígenes a la actividad universitaria.

Esta nueva forma de utilizar los dispositivos audiovisuales en la educación ha provocado una verdadera revolución en las aulas. Ahora, los alumnos tienen acceso a una gran variedad de recursos didácticos que les permiten aprender de manera más efectiva y divertida. El cine educativo, en particular, ha experimentado un gran crecimiento desde sus humildes comienzos en 1895. Aunque en un principio solo era utilizado por un público reducido, después de la Segunda Guerra Mundial se popularizó y comenzó a llegar a las masas. Sin embargo, su verdadera importancia se hizo evidente en el ámbito de la educación universitaria, gracias al proyecto de "educación por el cine" implementado por el Consejo de Europa en 1955.

Además del cine educativo, también ha surgido la corriente del "cine didáctico" formativo, que busca alejarse de la ficción y centrarse en transmitir conocimientos y habilidades de forma didáctica. Esta corriente ha estado estrechamente ligada a la actividad universitaria desde sus inicios y ha demostrado ser una herramienta valiosa para el aprendizaje.

En resumen, la utilización de los dispositivos audiovisuales en la educación ha tenido un impacto significativo en la forma en que los alumnos aprenden. El cine educativo y el cine didáctico formativo han demostrado ser eficaces en el proceso de aprendizaje, abriendo un vasto panorama lleno de oportunidades para mejorar la educación. A medida que avancemos en el futuro, es probable que veamos aún más innovaciones en este campo, lo que nos permitirá aprovechar al máximo el potencial de los dispositivos audiovisuales en la actividad educativa.



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